19 enero 2009

EN LA FARMACIA DE MI BARRIO

(Estampa santiaguera)

Pasadas las 12:00 de la noche se presenta en la farmacia piloto, Tito, de mediana edad, y buena presencia. La técnica de guardia está medio dormida. Este trata de llamar su atención repitiendo varias veces: --¡Buenas noches! Esta lo mira con cara de pocos amigos, toma el talonario de notas y el bolígrafo y secamente le pregunta: -¿Qué desea? Tito algo cortado le responde.

¿Hay supositorios de glicerina? Esta a su vez le responde sin abrir la boca, moviendo la cabeza afirmativamente.

¡Por favor ¡ ¿Me puede vender un pomo? Ruega humildemente.

--¡Déme la receta: le dice imperativamente.

--¡Ah! ¿Pero eso es por receta? Expresa incrédulo.

De nuevo el mismo gesto afirmativo y displicente a la vez.

¿De donde voy a sacar una receta a esta hora? ¿Usted no me puede hacer el favor de vendérmela? Hay una súplica en su petición.

--No, compañero, eso es por receta, hace ademán de darle la espalda, Tito no ceja en su empeño de llevar el medicamento.

-¿Desde cuándo? Pues que yo sepa eso siempre se ha vendido por la libre.

--Es una disposición de la Empresa de farmacias, le responde con gesto hastiado la técnica.

--Pero, mire, mi suegra tiene un problema… hace más de ocho días que no puede…y ya no sabemos qué darle ¿Comprende?

--Le he dicho y repetido que no se puede vender sin la receta y… actualizada, ¿Me entiende?

El insiste: ¿Y en casos como estos, no se puede hacer una excepción?

--No compañero, no se puede.

Tito pierde la paciencia y sin poder contenerse le responde airado: --¡Mire que usted es cuadrada compañera!

--¡Oiga, falta de respeto, eso no se lo permito a usted ni a nadie! ¿Sabe?

El joven apenado trata de disculparse --¡Por favor, compañera, entiéndame, yo no quise ofenderla!

Esta lo mira iracunda -- ¡Como hay que soportar frescuras! ¡Le zumba!

--Pero mire, no se ponga así, usted tiene que escucharme, déjeme darle una explicación. Continua queriéndose hacer entender. Fíjese bien, cuando le dije que usted era una cuadrada, en ningún momento me estaba refiriendo…, ni le quise decir que usted tiene el cuerpo que parece un cajón.


¡¡¡Compañero!!!

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