15 enero 2009

LLANTO POR UN PUEBLO TRISTE.

Pueblo sin alegría es aquel que sometido
Al yugo cruel, su música no puede cantar.

¿Cómo reír si de lo profundo del corazón brota
El sollozo por el dolor de tantos ser humano que
Rodando va por el mundo?

Sin patria, humillado, despreciado, soñando con
La tierra que tanto ha amado y ya no puede pisar.

¿Cómo cantar, cómo reír si lo que dan es ganas
De llorar al ver a mis hermanos esclavizados?

Tantos niño, como anciano, joven trabajador, hambreado,
Sin ilusiones, ni esperanzas.

¿Qué ha sido mi tierra bella y fértil, envidia de
Otros pueblos, orgullo de los buenos cubanos?

¿Qué te han hecho bella perla de las antillas, dormido
Caimán verde que no despiertas?

Como ladrones en la noche te han despojado de tu esplendor,
Te han quitado la paz y la libertad con mentiras e insidiosa
Maldad.

Te han vuelto mendiga y prostituta, te venden al mejor
Postor por míseras monedas convertibles.

Tus campos han asolado, tus ciudades han arruinado,
Las voces de tus mejores hijos han silenciado.

Con muerte y pavor el terror han querido imponer, para
así doblegar a un pueblo que se resiste.

Huyen despavoridos, se lanzan al mar, los que la diabólica
Doctrina no quieren aceptar.

Con crueles mentiras quieren engañar un año,
Otro más, una década viene, otra se va, más
Todo sigue mal.

Para así mantener sus ansias de poder y
Aplastar al que en justa causa defiende
Su dignidad.



¡Qué oprobio! ¡Qué ignominia! Tratar de
Comparar tamaña felonía con los inmortales
Hazañas de nuestros antecesores patriotas!

¿Cómo tomar las armas de Maceo, los versos de Martí,
El valor de Agramante, el desinterés de Céspedes,
Para comprar semejante desastre?

Quien impone una doctrina extraña y se ve perdido
Y apela a todo tipo de artimaña, con tal de imponer
Y prolongar su mandato que sabe perdido.

De un pueblo que ya no engaña, lo exprime, lo
Explota y si se revela lo encarcela o lo mata.


¿Qué puede esperar tirano si sabes que el mundo
Te desprecia, aunque algunos falaces estrechen tu
Mano sangrienta?

¡Qué poco valor, qué poca hidalguía, quién apoya
Sátrapas por prebendas y tratar de ignorar el
Sufrimiento de quienes con las alas cortadas al
Cielo no pueden volar a gritar ¡Libertad!

Mire mi pueblo triste donde nadie ríe y menos
Canta y elevo a Dios una oración: ¡Dios ten piedad de
Nosotros por favor!


Santiago de Cuba
4 junio 1996

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