09 enero 2009

A PERUCHO FIGUEREDO

Tú escribiste un día a lomo de caballo, las estrofas que hicieron estremecer de fervor revolucionario a un pueblo que deseaba su emancipación, llamaste al combate a un puñado de patriotas, que desde ese momento lo convirtieron en nuestro himno nacional. Corrieron al grito de la patria esclavizada por el déspota colonialista español y la patria los contemplo orgullosa, sin temor a la muerte gloriosa, que morir por la patria es vivir.

Las cadenas se rompieron por todos los que no quisieron seguir viviendo en afrenta y oprobio sumidos. Al llamado del clarín, corrieron a tomar las armas para darle a Cuba la libertad.

Me pregunto: ¿En estos momentos que nuestra querida patria sufre y se desangra por el ¿ ¿más cruel y despótico de los sistemas? ¿A donde vamos los cubanos de hoy? ¿A una plaza a rendir pleitesía y adulonería con nuestros aplausos, brazos alzados al cruel que nos oprime? ¿Puede estar la patria dolida sentirse orgullosa con nuestra servil actitud?

Muchos temen a una muerte gloriosa, siguen agazapados mostrando debilidad de espíritu, la doble personalidad y el miedo que los corroe hasta los huesos, por no tener el valor ni para enfrentarse con un simple gesto y prefieren esperar escudados en un conformismo enfermizo esa muerte lenta e indigna, arrastrando una vida miserable, esperando con resignación un fin no muy lejano. ¿Miedo de qué? ¿No es más glorioso morir combatiendo de frente, que minados por las enfermedades propias de una mala nutrición, la falta de medicamentos, la poca higiene y la carencia de los artículos más necesarios y elementales para una existencia plena y decorosa? ¿Es acaso vida deambular de un lado a otro en busca del sustento de cada día mendigando un pedazo de pan que satisfaga nuestra creciente hambruna? ¿O esperando que llegue a la bodega, carnicería o mercadito un miserable producto racionado por una libreta de abastecimiento, que parece no tener fin e n nuestro país? ¿No es triste y desolador ver como algunas madres venden la mitad de la cuota de leche y otros alimentos planificados por no poseer el dinero suficiente para comprarlos?

Para mí el concepto de patriotismo encarna otros valores, es el enfrentamiento diario a un sistema plagado de engaños y mentiras, es luchar por darle vida a ese pueblo que se muere, al que al que se le pide constantemente más sacrificios, para salvar la Revolución, ¿Qué Revolución? Es para que un grupo de bribones siga viviendo a costa del sufrimiento de la mayoría, que no es capaz de erguirse y tomar el lugar que le corresponde, que se siente indefenso, débil, que parece que ya no le quedan fuerzas para levantarse y luchar por su libertad y el bienestar, prefieren la muerte lenta, la pérdida de los más elementales valores ciudadanos, que nos legaran nuestros próceres, conquistados en la manigua. Hoy se ven amordazados y no tienen el coraje de arrancarse la mordaza, temen y no confían en nadie, cualquiera puede ser un traidor. El silencio es su arma defensora, una trinchera de tierra desgranada, que al menor asomo de sinceridad se desploma y quedan al descubierto a merced del enemigo.


¿Y tu conciencia cubano, como anda? ¿Prefieres la sumisión permanente que te arrastra sin remedio por esa corriente de agua sucia y podrida, que son en la mayoría de los casos los intereses creados, el miedo a perder lo que tú crees que es un privilegio y no es mas que lo que te haz ganado con tu capacidad, trabajo y sudor y no sabes defenderlo con las armas del valor, la convicción de tus ideas? ¿A qué temes cubano? ¿No sabes o no quieres entender que unidos hacemos una fuerza invencible? ¿No nos legó nuestro Apóstol José Martí un caudal inmenso de valores capaces de despertar la conciencia dormida del cubano de hoy? Que parece desconocer que: “Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedras”.

Somos un pueblo desarmado, es más. No queremos la lucha con las armas, que significaría el derramamiento de sangre, el luto y el dolor de este ya demasiado sufrido pueblo. Luchamos con el valor de nuestras ideas, exigimos el respeto nuestros a más nobles y puros ideales de paz y prosperidad para nuestro país, para que nuestros hijos y nietos vivan en plena libertad, que no tengan que prostituirse nuestras hijas por no soportar tanta miseria y desigualdad.

Luchamos por la libertad de nuestros hermanos encarcelados por manifestar su derecho a proclamar el llamado de sus conciencias. Queremos romper cadenas que nos condenan a vivir en constante afrenta e ignominioso oprobio, no más sumisión, al llamado del clarín emancipador, su sonido nos haga correr con valor a tomar el lugar que nos corresponde como dignos herederos de Martí, los Maceos, Gómez, Moncada, Agramante, Céspedes y tantos otros insignes patriotas, que nos enseñaron con su hidalguía y fervor revolucionario, que la patria es el suelo sagrado en que nacimos y debemos defender, aún al costo de nuestra vida.

Debemos ganarnos ese lugar que la patria nos señala, haciendo un llamado a la conciencia ciudadana, no mirando con los brazos cruzados como se nos humilla y escarnece, convertidos en marionetas con el solo propósito de mantener un régimen que se implantó a la fuerza, para imponernos a vivir de rodillas, en la miseria, sin libertad de expresión y movimientos y carentes de los mas esenciales derechos que nos corresponden en el mundo actual y proclamados por la Carta Universal de los Derechos Humanos, de la cual Cuba fue firmante y que para su conveniencia y libre violación de esos derechos, la mayoría del pueblo desconoce, pues la Seguridad del Estado persigue con ensañamiento a quines la divulgan, considerándola un documento subversivo.

¿Nuestra patria se podrá sentir orgullosa del cubano que no de un paso al frente y siga de espaldas a su angustioso grito de ayuda solidaria? ¿Qué sentirás cubano del mañana cuando alguien te pregunte: - ¿Qué hiciste? ¿Qué le podrás contar a tus descendientes?

La historia está llena de traidores, cobardes y serviles. Los hubo en la guerra de independencia, los despreciables “Voluntarios” que entregaban a sus propios hermanos al enemigo por míseras monedas y asquerosas prebendas. Gerardo Machado manchó de sangre el suelo cubano y también tuvo sus “Apapipios”, por 33.33 Fulgencio Batista tuvo su legión de militares incondicionales, de “Chivatos”, “Los Tigres de Masferrer” y “Los Casquitos”, que aterrorizaban, asesinaban y saqueaban a la población por el morboso placer de apoyar a un tirano, que nos había arrebatado la libertad y violado la Constitución del 40. En 50 años se han multiplicado los “Chivatos” y traidores, han sido creadas las Brigadas de Respuesta Rápida, los Boinas Rojas, Las Avispas Negras y todo tipo de canallas, que de espalda al sufrimiento de todo un pueblo no han tenido escrúpulos para secundar a una sangrienta y cruel dictadura, que ha sumido en la miseria y el dolor más grande que ha conocido la historia de este país.

¿De qué lado tú estás cubano de hoy? ¿Prefieres que tu pueblo siga padeciendo hambre, todo tipo de miseria, cárcel, dolor por la separación de sus seres queridos, la destrucción de todos sus valores, la discriminación y el apartheid en que nos vemos sometidos, la desigualdad en que nos obliga a vivir, divididos entre los que poseen divisas y los que con el dinero ganado con esfuerzo y sudor no puedan adquirir los mismos productos que solo se ofertan en las bien surtidas Shopping? ¿Dónde está tu dignidad cubano de hoy? ¿Deseas pasar a la historia manchado de fango o con la estrella en la frente del valor?

¡¡¡Esta es la hora decisiva, mañana será demasiado tarde!!!

Seamos dignos herederos de ese valiente patriota que nos legó nuestro hermoso himno nacional y que ofrendó su vida por la libertad de Cuba.


Santiago de Cuba
21 octubre l996

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