11 julio 2009

Mi dulce perdición.

Tú has llenado a mí como una fugaz
estrella: Inalcanzable.

Te has acercado a mi vida para despertar
mis ansias reprimidas

Te añoro en la soledad de mis noches con
verdadero delirio

Te sé lejano, pero no me importa, púes
serás mío si me lo propongo.

Si es pecado amarte, seguro que ya
estoy condenada.

¡Qué terrible tentación de la que no
me puedo librar!

¿Qué precio tendré que pagar a cambio
de la locura de disfrutar este amor?

Si es prohibido, que me castigue Dios,
demente, cuerda, te amo, no lo puedo evitar.

1 enero 2007

No hay comentarios:

Publicar un comentario