21 septiembre 2010

¿QUE SE HICIERON LOS HAITIANOS EN CUBA?

En las últimas comparecencias públicas del "Eterno comandante", resucitado como el Ave Fénix de sus cenizas, cuando muchos lo hacían muerto, ha suscitado variados comentarios por la prensa extranjera, detractores y defensores a mansalva del nefasto sistema.

Como para distraer esa opinión mundial ante los hechos más relevantes ocurrido en la isla cautiva. "Reaparece" después de un largo lapsus de recuperación de una enfermedad que parecía irreversible, como para distraer esa opinión ante sucesos que han conmovido al mundo libre, por su magnitud e importancia, que han hecho tambalear la ya débil y desprestigiada dictadura.

Fidel habla de arrepentimiento por lo que él mismo apoyó y autorizó, tergiversa lo dicho al periodista norteamericano Jeffrey Goldberg, defiende a los judíos, a los gitanos expulsados de Francia por Nicolás Zarkosi, pero parece olvidar , que esos mismos judíos, que emigraron a la isla huyendo de la barbarie nazi, que fueron prósperos comerciantes, trabajadores incansables, no tuvo ningún escrúpulo en despojarlos de sus propiedades.

Capítulo aparte merecen los miles de haitianos que venían a trabajar en la zafra azucarera, en la recogida de café y todo tipo de labores agrícolas. Desde los primeros años del triunfo de la mal llamada revolución. los que arribaban a la isla, era deportados, desapareciendo esa importante fuerza de trabajo, casi siempre mal remunerada, para tener que implantar como una obligación a los trabajadores cubanos y estudiantes, desde muy temprana edad el Trabajo Voluntario, que consiste en tratar de garantizar el cumplimiento de esas duras faenas, hacinados en insalubres campamentos, mal alimentados y sin las más mínimas condiciones Y faltos de implementos para realizar esa dura labor.

Le preguntaría a Fidel: -¿Recibiría usted una caravana de gitanos, les daría apoyo y alimentación, para que se pasearan como lo hacían antes de 1959 de pueblo en pueblo,plantando improvisados campamentos, haciendo malabares, vendiendo baratijas,adivinando el futuro a incautos por míseras monedas?

¿O es que usted después de viejo, se ha vuelto filántropo?

¡No señor Castro! Tiene usted sobre su conciencia el haber destruido esa sufrida nación, para ahora querer aparentar esa imagen de buena gente, defensor de todas las causas, sin querer o poder arreglar la suya.


Madrid,
17 de septiembre de 2010

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