20 junio 2012

¿QUÉ SOY?

¿Soy o no soy?

 Me siento como un árbol mal
transplantado, se marchitan mis
hojas, se seca mi tronco, no hay
alimento que lo haga retoñar.
 En mi lucha constante por querer
ser yo , cada día me alejo más
de mi yo, dejo de ser aquella
intransigente, siempre fiel a mis
convicciones. ¡Qué hago?
¿Qué soy en medio
de un mar de incomprensiones?
 Lucho tenazmente porque se reconozca
 Quien soy, se me ignora, menosprecia,
 No soy más que un objeto que debe
servir y no protestar.
 De lo profundo de mi ser grita mi
innata rebeldía, nadie me escucha,
a nadie le interesa lo que sufro.
 ¿Dónde encontrar alguien que me comprenda?
 Quisiera volar, huir del cerco que me aprisiona,
 Me ahoga, dejarlo todo, volver con las mano
vacías y el alma llena de ansias de libertad.
 ¿Podré de nuevo llenar mis pulmones del
aire que me falta? ¿Volveré a ser quien fui?
¿Pisar las calles con la frente en alto?
Admirada, respetada, odiada
repudiada por lo que se empeñaron en silenciarme?
 ¿Tendré valor para enfrentarlos?
¿Podré adaptarme ante
tanto antagonismo?
¿No sentiré nostalgia por lo que
ahora tengo y no lo valoro?
 Me quedan pocos amigos con qué compartir mis sueños
y frustraciones ¿ A qué puerta tocar?
¿Dónde se extenderá
esa mano solidaria que tanto necesito?
 ¿Hallaré comprensión y amor?
 ¿Dónde?
 Unos han muerto, otros se han marchado. 
 ¿Quién llenará mi soledad? 
 ¿La chispa de ilusión que me mantuvo viva? 
 Ya no escucharé el toque a mi puerta que me hacía 
saltar de emoción, no veré sus ojos prodigarme amor y 
pasión. 
No tendré en quien pensar en mis largas noches 
de desvelo, amaneceré cansada y vacía, 
sin ánimo para emprender ninguna nueva aventura. 
 Contemplaré los viejos objetos y recordaré cuánta 
historia se podrá relatar de cada uno en que viví 
momentos de profunda dicha, también incontables dolores, 
 Allí la memoria de mis seres más queridos con quienes no 
podré compartir mis penas de hoy. 
 ¡Quién pudiera dar marcha atrás al reloj del tiempo! 
 Allí en el tierno hogar todos juntos, tres generaciones 
compartiendo momentos felices, en armonía y amor. 
Sentir el calor del hogar, el apoyo seguro que nos brindaban 
Nuestros padres. ¡¡¡QUIÉN PUDIERA!!! 


 La Fortuna, Leganés 22 de septiembre de 2011

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